sábado, 6 de agosto de 2016

Cárceles imaginarias: De la disciplina al control



En 2015 el Núcleo lacaniano realizó el curso "Vigilar y castigar: perspectivas al siglo XXI", esto con motivo de los 30 años de la publicación del célebre texto foucaulteano (Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión) donde Michel Foucault comprendía al siglo XVIII y XIX como una sociedad disciplinar, en la que su principal característica reside en el uso del castigo, mismo que tendría que ser visible, encarnándose en los cuerpos dóciles, mostrando los alcances del poder en curso. 
Trazos 2015
La disciplina como el mecanismo clave por el cual se reivindicó la dominación de los individuos, podemos tomar como ejemplo a la protopsiquiatría, al aparato jurídico, policial e incluso el clero, dando como resultado un conjunto que inventaría la norma del buen vivir y del bien pensar. En este periodo, ya segestaba lo que años más tarde el pensador francés redefiniría en su estudio sobre la biopolítica, Recordemos que el concepto de biopolítica no es íntegro del glosario foucaulteano, sino, de Rudolf Kjellén, filósofo sueco. Dicho concepto  nos convoca a cuestionarnos sobre que capas es que se administra la vida, con cuales dispositivos se construye  la subjetividad, la identidad, los afectos o el deseo, mismos que anulan al sujeto y lo convierten títere.

"Pero si bien la policía como institución ha sido realmente organizada bajo la forma de un aparato del Estado, y si ha sido realmente incorporada de manera directa al centro de la soberanía política, el tipo de poder que ejerce, los mecanismos que pone en juego y los elementos a que los aplica son específicos.
Foucault y la policia en 1971
Es un aparato que debe ser coextensivo al cuerpo social entero y no sólo por los límites extremos que alcanza, sino por la minucia de los detalles de que se ocupa. El poder policíaco debe actuar "sobre todo": no es en absoluto, sin embargo, la totalidad del Estado ni del reino, como cuerpo visible e invisible del monarca; es el polvo de los acontecimientos, de las acciones, de las conductas, de las opiniones, "todo lo que pasa"; el objeto de la policía son esas "cosas de cada instante", esas "cosas de nada" de que hablaba Catalina II en su Gran Instrucción. Con la policía, se está en lo indefinido de un control que trata idealmente de llegar a lo más elemental, al fenómeno más pasajero del cuerpo social: "El ministerio de los magistrados y oficiales de policía es de los más importantes; los objetos que abarca son en cierto modo indefinidos; no puede percibírselos sino por un examen suficientemente detallado"; es lo infinitamente pequeño del poder político"
  
[Vigilar y castigar., pp. 246-247] 

Estos apuntes los armaba en 1975 y años más tarde, en mayo de 1990, Gilles Deleuze recuperaba el aporte de las sociedades disciplinares e indicaba el paso a sociedades de control, las cuales están insertas en el siglo XX-XXI. Este paso expone otra modalidad de funcionar, ya que debido
a las fallas o crisis que atraviesan las instituciones (aquellas que resguardaban los cuerpos dóciles, por ejemplo: cárcel, fábrica, escuela, hospital o manicomio), se ha creado el supuesto que a partir de reformas o certificaciones, lograrán un mejor lugar para la estancia de los individuos; la problemática implica que lejos de «reformar» para un bien común, estos ejercicios del poder solo expanden y alargan los periodos de utilidad. El control permite regular la producción demandada. 

"Foucault analizó muy bien el proyecto ideal de los lugares de encierro, particularmente visible en la fábrica: concentrar, repartir en el espacio, ordenar en el tiempo, componer en el espacio-tiempo una fuerza productiva cuyo efecto debe ser superior a la suma de las fuerzas elementales. Pero lo que
Gilles Deleuze
Foucault también sabía era la brevedad del modelo: sucedía a las soci
edades de soberanía, cuyo objetivo y funciones eran muy otros (recaudar más que organizar la producción, decidir la muerte más que administrar la vida); la transición se hizo progresivamente, y Napoleón parecía operar la gran conversión de una sociedad a otra. Pero las disciplinas a su vez sufrirían una crisis, en beneficio de nuevas fuerzas que se irían instalando lentamente, y que se precipitarían tras la segunda guerra mundial: las sociedades disciplinarias eran lo que ya no éramos, lo que dejábamos de ser. 
Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un “interior” en crisis como todos los interiores, escolares, profesionales, etc. Los ministros competentes no han dejado de anunciar reformas supuestamente necesarias. Reformar la escuela, reformar la industria, el hospital, el ejército, la prisión: pero todos saben que estas instituciones están terminadas, a más o menos corto plazo. Sólo se trata de administrar su agonía y de ocupar a la gente hasta la instalación de las nuevas fuerzas que están golpeando la puerta. Son las sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias"
[Conversaciones, pp. 277-278]

El pasado 3 de agosto decidimos continuar con nuestro ciclo de charlas nocturnas, y en esta ocasión presentamos el tema: "Cárceles imaginarias: De la disciplina al control" y se realizó en el Black Coffee Gallery la cual tenía como objetivo inicialmente generar un encuentro dónde se abriera el espacio necesario al diálogo y cuestionamiento de los tiempos que nos acontecen; para ello se sostuvo en dos autores: Michel Foucault (a propósito de 90 aniversario) y Gilles Deleuze. 
La respuesta por parte de los asistentes fue grata, por cuestiones de
logística (cerraron el lugar antes de lo planeado) decidimos continuar dialogando en las instalaciones del Núcleo, dónde compartimos ideas, experiencias y comentamos acerca de las problemáticas que observamos a nivel local en campos académicos o laborales.
Para cerrar reiteramos la invitación para el próximo 28 de agosto al curso “El otro sentido del amor: Jouissance” impartido por Antonio Chávez, Alfonso Sarabia y Samuel Hdz., y para el 3 de septiembre a la charla nocturna “Feminismo y psicoanálisis” en compañía de Nydia Morales.

Compartimos un par de fotografías del evento, no sin antes reiterar nuestro agradecimiento a todos los asistentes que posibilitaron en diálogo, la reflexión y un interés por generar un discurso que trace la diferencia.








No hay comentarios:

Publicar un comentario